La llegada del verano queda bien marcada de aromas en España. Esto se debe entre mucho, a las fiestas de San Juan y las sardinas, que son la alfombra de bienvenida de la estación cálida del año. La rivalidad de las sardinas y su característico olor al asarse, y los churrascos y chorizos, impregnan el ambiente por doquier.
Desde Galicia hasta Andalucía, sobre todo en las costas del Cantábrico y el Mediterráneo, aunque no exclusivamente, los españoles danzan, cantan, hacen ofrendas y, sobre todo, comen sardinas; las fiestas de San Juan, hoy en día, son un patrimonio turístico más que ritual.
Ya es común escuchar que la noche de San Juan es mágica. Y es que, en un país de tradiciones cristianas milenarias, todavía los rastros de culturas más antiguas se dejan entrever en estas costumbres que jamás dejan de celebrarse y que son parte del acervo cultural ibérico.
San Juan y su noche
En el calendario cristiano, la celebración del día de San Juan Bautista es el 24 de junio. En tiempos del calendario juliano, esta fecha se hacía coincidir con el solsticio de verano. Actualmente, se sigue celebrando, religiosamente, este día, aunque el solsticio entre un poco antes.
La historia de la noche de San Juan es algo distinta. Realmente el día de San Juan se trata de la cristianización de la celebración pagana del solsticio de verano que se celebra, en la mitad norte del planeta, cuando el sol comienza a menguar y los días se acortan.
La hoguera, tan representativa de esta noche, fue también cristianizada e identificada con el nacimiento de San Juan Bautista. Sin embargo, en el paganismo, la tradición cuenta que esta hoguera servía para ayudar al sol a no desanimarse por tener que estar menos tiempo en los cielos. Con la hoguera se prolongaba la luz.
En la versión pagana de San Juan, la magia se impone. Es el momento idóneo para ahuyentar a los espíritus malos, acabar con lo que no fue bueno del año y hacer votos de amor y fertilidad. Hay ritos que muchos españoles utilizan: lavarse con hierbas maceradas la cara, brincar las hogueras, darse un chapuzón en el mar de noche… todo para que se cumplan las peticiones.
España en la noche de San Juan
En toda España, la noche del 23 de junio es de absoluta fiesta. Cada provincia española ha acuñado sus tradiciones y todas, coinciden, más o menos, en algunos elementos, por ejemplo, el fuego, el agua y unas fiestas de San Juan y las sardinas que nunca deben faltar.
Llama la atención como esta festividad ha calado mucho más que otras y ha adoptado distintos rituales en toda la geografía española para celebrarla. Todas estas prácticas rituales buscan atraer lo positivo y dejar de lado lo negativo, y todas, sin excepción, incluyen la hoguera. Por supuesto, en muchas partes se le ha dado un toque… particular.
Brincar sobre las llamas
El ritual más llamativo y más extendido, quizás, es el dar saltos sobre la hoguera. Las comunidades de Valencia y Alicante destacan en esto. Consiste en saltar siete veces sobre la flama para poder asegurar protección durante todo el año.
Chapuzones en el mar
Los habitantes de las costas suelen realizar, durante la noche, un baño en el mar, el primero del verano, pues, el agua en esta noche tiene propiedades sanadoras.
Saltar a la ola
En Galicia existe una costumbre de saltar nueve olas de espalda. Si esto se hace en la playa La Lanzada de Pontevedra, puede suponer fertilidad para las mujeres.
Noche de peticiones
Esta es la versión del pozo de los deseos, pero, en este caso, los deseos van al fuego. Esta tradición está muy arraigada en Asturias.
Quema de objetos
También en Asturias y otras regiones, esta noche se queman objetos de los cuales se quiera desprender, para atraer buena energía.
Más que una tradición: Las fiestas de San Juan y las sardinas
San Juan, celebrado del 23 al 24 de junio debe organizarse con antelación si se quiere disfrutar sin preocupación. Para hablar de gastronomía en este día tan especial, las fiestas de San Juan y las sardinas son el dúo inseparable. Por ello, lo mejor es correr con los amigos a comprar sardinas.
En la temporada que antecede a la fiesta de San Juan, pueden verse los buques y barcos pesqueros haciendo zafra dentro de los bancos de sardinas que se acercan a las costas. El espectáculo es magnífico para los turistas y, a veces, un dolor de cabeza para los ayuntamientos.
Sin duda, se tiene que planificar la compra de las sardinas, porque si se deja para el mismo día 23, seguramente será un poco más cara. Este día, la locura se apropia de los mercados y la oferta y la demanda pueden jugar malas pasadas. Si se compran días antes, por ejemplo, en nuestra web, te llagará cómodamente en casa el mismo día de la verbena.
La sardina asada es lo mejor
Durante la tarde del 23 se nota el movimiento de la gente, casi frenético, con sus cargas a cuesta: madera para las hogueras. Una vez encendidas, por la noche, después de los brincos y danzas, chapuzones y cantos, las esperadas brasas, rojas y chispeantes, comienzan a hacer su aparición.
Es el momento de prepararse para degustar la reina de la noche: ¡la sardina! Este pescado azul es un precioso obsequio de los mares, exquisito y económico.
Hay múltiples maneras de asar estos pescados. En la hoguera directamente es la opción más rápida. Algunos dicen que se deben dejar enteras, es decir con vísceras y escamas, salarlas con sal gruesa y colocarlas directamente sobre las brasas. De esta forma las sardinas se asan muy rápido.
Otra opción, la que más se ve ahora, es improvisar unas parrillas, (pueden también comprarse) y seguramente será más cómodo para asar las sardinas. Una última opción, sabrosa y más refinada, es envolver cada pescadito en una hoja de parra y colocarlo a la brasa. Con esto no se pierde ni un poquito de grasa.
Hay que aclarar que mientras la sardina sea más grande, mucho mejor para la asada. Un buen trozo de pan que acompañe cada sardina, bien empapado en su grasa, y un buen vino, no es que sea obligatorio, convertirán las fiestas de San Juan y las sardinas en algo inolvidable y placentero.