Los pescados y mariscos son la opción ideal para un plato exquisito en cualquier ocasión especial. El grado de refrigeración y almacenamiento de los productos del mar desempeña un papel muy importante en la protección y el mantenimiento de la calidad del producto, al tiempo que limita su deterioro. Hoy te enseñaremos cómo conservar los productos frescos del mar como información pero recuerda, desde nuestra tienda online Pescado a Casa te enviamos el pescado en bandejas listo para congelar si así lo prefieres.
Logra conservar los productos frescos del mar
A continuación te enseñamos las diferentes formas de conservación de los pescados, filetes, mariscos, langostas y otros mariscos vivos:
Cuidado del pescado fresco y de los filetes
Lo primero que debes hacer es eviscerar el pescado, retirar inmediatamente las vísceras del pescado entero ayuda a conservar su frescura.
Al llegar a la cocina, el pescado entero debe sacarse de su envoltorio, lavarse en agua fría y secarse con palmaditas. Este enjuague ayudará a reducir las bacterias naturales presentes en el exterior del pescado. Si no se ha eviscerado el pescado, hay que eviscerarlo inmediatamente antes de refrigerarlo, ya que las vísceras se descomponen rápidamente y arruinan el sabor y la calidad del pescado.
Eviscerar es sencillo: toma un cuchillo afilado o unas tijeras y, empezando por el ano del pescado, corta el vientre hasta las branquias, saca las vísceras y enjuaga la cavidad corporal para que no queden partes adheridas al interior. Otra opción, si es más fácil, es cortar el pescado en filetes, estos se pueden enjuagar, secar y envolver de forma similar.
El pescado entero y los filetes deben guardarse siempre en la parte más fría del frigorífico y, si es posible, en una que no se esté constantemente abriendo y cerrando. En general, se recomienda que, para obtener una calidad óptima, el pescado se prepare lo antes posible.
Sin embargo, con cuidado, el pescado ultra fresco puede seguir siendo excelente hasta 3 días después de su recepción. Es recomendable envolver bien el pescado o los filetes en plástico o papel de carnicero y colocarlos en una bandeja sobre hielo picado. Esta es uno de los principales métodos de conservar los productos del mar.
Si se opta por este método, hay que tener en cuenta que la carne no debe entrar en contacto directo con el propio hielo y que este debe reponerse a medida que se derrite y descompone. El contacto directo y prolongado con el hielo y el agua puede dañar el color, la textura y el sabor del pescado.
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Cómo puedes congelarlos
El pescado fresco y los filetes pueden congelarse si es necesario. La mejor práctica es enjuagar y secar el pescado y luego sellarlo al vacío y congelarlo inmediatamente después de recibirlo. Las bolsas de congelación son aceptables para el almacenamiento a corto plazo (asegurándose de presionar todo el aire para minimizar el riesgo de quemaduras por congelación).
Cómo puedes descongelarlos
El pescado debe consumirse antes de 6 meses, pero se considera óptimo a las 2 semanas. Para obtener los mejores resultados, el pescado debe descongelarse en el frigorífico uno o dos días antes de su uso; nunca se debe descongelar a temperatura ambiente o en el microondas, ya que la calidad disminuye considerablemente.
Aunque algunos recomiendan pasar agua fría por encima para descongelarlo, se trata de una práctica que suele hacerse en caso de necesidad (quizá la única excepción sean las gambas congeladas, que parecen resistir la subida de temperatura de esta forma sin perder demasiado la calidad).
Se recomienda no congelar el marisco vivo (un frigorífico doméstico típico no es lo suficientemente frío como para hacerlo de forma fiable). Si ha comprado un marisco preenvasado y congelado, colóquelo inmediatamente en el congelador y siga las instrucciones del paquete para descongelarlo.
Manipulación de langostas y mariscos vivos
Langostas vivas:
Almacena inmediatamente en refrigeración al recibirlas, cubiertas con algas (normalmente incluidas en la compra), toallas húmedas o papel. No almacenes nunca las langostas en agua dulce o en hielo, ya que las matarás. Tampoco en recipientes o bolsas de plástico herméticas, ya que esto también puede matarlas. Se recomienda que las langostas vivas se cocinen en las 24 horas siguientes a su recepción.
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Mejillones:
Los mejillones están vivos. Los mejillones sanos estarán ligeramente abiertos; para comprobar si están vivos, basta con dar un golpecito en la concha y deberían cerrarse lentamente. Desecha los mejillones que se hayan roto o que permanezcan abiertos después de haberlos golpeado.
Guárdalos en el frigorífico, preferiblemente en una bolsa de malla o en un cuenco, cubiertos con toallas o papel húmedo (esto evita que se sequen). De nuevo, no los pongas nunca en agua dulce o en hielo, ni los guardes en recipientes o bolsas de plástico herméticas.
No consumas los mejillones cocidos cuyas conchas permanezcan cerradas; deséchalos por completo antes de emplatarlos. Los mejillones son ideales si se preparan el mismo día de la compra o de la llegada, pero pueden conservarse unos días en el frigorífico.
Almejas:
Al igual que los mejillones, las almejas están vivas. Desecha siempre las almejas que se hayan roto o estén abiertas, ten en cuenta que las almejas de concha blanda (vaporeras) no se cierran debido a la protuberancia de sus «cuellos» (que son sus sifones).Para comprobar su vitalidad, ve si el sifón se retrae al tocarlo o comprueba su olor.
Almacénalas en refrigeración, cubiertas con toallas o papel húmedo. No las almacenes en agua dulce o en hielo, ni en recipientes o bolsas de plástico herméticas. Lo mejor es prepararlas el mismo día de su compra.
Ostras:
El producto está vivo. Desecha las ostras que se hayan roto o permanezcan abiertas después de presionar su concha. Guárdalas en refrigeración al recibirlas, cubiertas con toallas o papel húmedo, preferiblemente, para que queden planas (esto reduce la pérdida de su «licor»)
Al igual que el resto de los mariscos mencionados, nunca almacenes las ostras en agua dulce o en hielo, ni las guardes en recipientes o bolsas de plástico cerradas y herméticas. Aunque las ostras son mejores si se preparan el mismo día de su llegada, suelen vivir hasta 5 días en refrigeración por eso es importante conservar los productos frescos del mar.