¿Conoces sobre la influencia del pescado en los patrones de crecimiento infantil? ¿Estás seguro de que el pescado en la dieta de los niños es solo importante porque contiene fósforo? En realidad, ambas respuestas son afirmativas. La estatura y el crecimiento de los niños está determinada por diversos factores; de tipo genético, ambientales, hormonales y, especialmente nutricionales.
Estos factores interactúan desde el momento de la concepción y se convierten en puntos clave durante todo el desarrollo infantil hasta el final de la pubertad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido algunos patrones de crecimiento que se ajustan con la edad, la estatura y el peso de los niños, a través de los cuáles se puede evaluar (de manera referencial) el estado de salud y nutrición de un niño.
En este contexto, la alimentación balanceada y el consumo proteico juega un papel importante en concordancia con los parámetros establecidos por la OMS. Así pues, echemos un vistazo más profundo sobre la influencia del pescado en el crecimiento infantil y los patrones establecidos por la OMS.
Las medidas de crecimiento infantil determinadas por los patrones de crecimiento de la OMS señalan una media porcentual en función a estudios realizados en poblaciones infantiles en condiciones saludables. De manera que, estos reportes reflejan una medida estandarizada referida a los parámetros ideales de peso y estatura debe tener un niño en función de su edad.
Cuando un niño se encuentra por debajo de los parámetros normales de crecimiento establecidos por la OMS, se evalúan las condiciones generales pero, sobre todo, se indica la necesidad de revisar la alimentación y nutrición del niño.
Las sugerencias médicas vienen acompañadas de dietas balanceadas ricas en proteínas, grasas y carbohidratos. En este sentido, el pescado se convierte en uno de los principales protagonistas y, esto se debe, a que una de las principales propiedades del pescado para los niños está relacionada con su contenido en proteínas.
Los hábitos alimentarios de cualquier población se han caracterizado por bajo consumo de verduras, frutas, hortalizas y legumbres; aún así, las estadísticas de muchos estudios nutricionales revelan que el consumo de pescado oscila entre el 98,7% en varones y 98,4% en mujeres.
Este porcentaje se corresponde con el consumo de pescados blancos (merluza, pescadilla, gallo, lenguado, etc.), con una frecuencia de cuatro raciones por semana. Ahora bien, estos datos también sugieren que la influencia del pescado en los patrones de crecimiento infantil atiende a su composición nutricional y a su alto contenido de ácidos grasos.
Una diferencia clara entre el pescado y otros alimentos que también son ricos en proteínas es, sobre todo, la composición que corresponde con el porcentaje y la calidad de la grasa que posee. El alto contenido de ácidos grasos Omega-3 hace que el pescado sea una proteína indispensable para el consumo de la población infantil.
Aunque los especialistas en nutrición y pediatría sostienen que la edad media más adecuada para introducir pescado en la dieta de los niños es a partir de los 9 meses, existen distintas opiniones al respecto. Lo cierto es que, durante los primeros 2 o 3 años de vida del niño, se aconseja incorporar en la dieta, porciones de pescado en raciones de 30 a 50g.
A partir de los doce meses esta cantidad puede ir incrementándose desde 80g hasta 120g. Estas cantidades son solo una referencia, porque la introducción del pescado en la dieta de los pequeños varía en función del peso, de la edad, de la actividad física y del estado de salud del pequeño.
El crecimiento del infante a partir del primer año hasta los 3 o 4 años suele hacerse algo más lento. Durante esta etapa se recomienda no abusar del consumo de la carne, el pescado y los huevos: estas comidas deben estar combinadas con cantidades pequeñas de vegetales, pasta, legumbres, verduras, patatas, entre otros.
El pescado es una verdadera mina de proteínas de alto valor biológico, que representan los principales componentes de órganos y músculos. Además de esto:
Tal como hemos dicho, el pescado está lleno de ácidos grasos omega-3 que juegan un papel importante en el cerebro, la vista y el crecimiento infantil. Sin embargo, algunos peces contienen demasiados contaminantes para los niños en crecimiento. Por tanto, debemos elegir los tipos de pescado que les ofrecemos.
Tanto el pescado fresco como el congelado tienen valores nutricionales muy similares. Evidentemente no estamos hablando de productos industriales (empanados y listos para usar) ya que aportan pocas calorías pero pocos nutrientes.
La ingesta de proteínas es fundamental durante los primeros años de vida de los pequeños; estas cumplen principalmente un papel trascendental en el mantenimiento de su estructura corporal y crecimiento. Una alimentación balanceada y rica en proteínas puede garantizar un desarrollo óptimo en el tiempo.
Aunque pueden existir excepciones, muchos estudios nutricionales revelan cómo la influencia del pescado afecta los patrones de crecimiento infantil dados por la OMS; sobre todo, durante los primeros años de la infancia hasta la pubertad.
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